Esta entrada, además de ser un experimento desde el sofá, es un reto que quiero plantear, para quién le guste resolver acertijos; se trata de coger un espagueti, agarrarlo por los dos extremos, y lo doblarlo (hasta aquí no parece un gran reto). El reto está en que el lector debe intentar que el espagueti se parta en 2 trozos.
Bien, os adelanto que esto es imposible, y podeis intentarlo todas las veces que querais, así que el reto de todo buen científico de sofá está en intentar explicar el aparentemente simple hecho de que un espagueti siempre se parta en 3 o 4 trozos (si parece que se ha partido en dos y investigas, hallaras un fragmento en lo más recóndito de la cocina), y no en 2 como cabría esperar.
Solución: (arrastrar desde aquí) Cuando rompemos el espagueti, no se rompe porel vértice del ángulo donde las tensiones son más fuertes, porque la rotura del espagueti está condicionada por los defectos de la pasta. Se rompe donde la combinación de grado de tensión y magnitud de defecto alcanzan un punto crítico, lo que divide la pasta en un fragmento más largo y otro más corto.
Cuando se rompe, la onda de flexión hace que el espagueti se arquee en sentido contrario (como si fuera un látigo), y al flexionarse hacia atrás, lleva la suficiente fuerza como para volver a partirse. (hasta aquí)
Como curiosidad solo queda decir que este es un problema que se planteó en la revista new scientist en 1998, y que trajo de cabeza entre otros (como no) al físico Richard Feynman, que siempre ofrecía espaguetis a las visitas para tratar de resolver el enigma. Los descubridores del por qué de este echo, Basile Audoly y Sebastien Neukirch, recibieron el premio ig nobel, que describiamos En otra entrada, justo 41 años despúes de que Feynman recibiera el nobel de física.
jueves, 11 de febrero de 2010
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