Gaspar Balaus, medico y poeta del siglo XVII tenía una extraña manía que le terminaría costando la vida: estaba convencido que estaba hecho de mantequilla. Esto le llevaba a evitar cualquier fuente de calor (una chimenea, una lámpara, etc) para no derretirse.
Un día muy caluroso, temió fundirse y se arrojó de cabeza a un pozo, donde murió ahogado.
domingo, 7 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Menos blog y más estudiar.
ResponderEliminar